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2.-Los califatos

A)Los califas Ortodoxos (632-661)


Después de la muerte del profeta en el año 632, el Islam emprendió una serie de cambios que lo llevaría de ser una pequeña comunidad religiosa a un poderoso imperio político (Historia del Islam, 2003). Durante esta época que se extendió desde principios del siglo VII hasta mediados del siglo VII, el Islam fue gobernado por una sucesión de califas.


Abu- Béker (632-634)


El primer califa fue Abu-Béker, quien al comienzo de su califato tuvo que hacer frente a una crisis importante ya que varias tribus árabes empezaron a retirarse del estado musulmán. Habían ofrecido su lealtad a mahoma como persona y pagado el impuesto islámico debido a esta fidelidad, más después de la muerte el profeta mucho de ellos consideraron que no estaban obligados a esta lealtad (2003:54), consolidó este levantamiento con sabiduría y clemencia y de éste modo consolidó la unificación de toda Arabia.

Algunas tribus del norte, apoyadas por valerosos guerreros, hicieron incursiones en las regiones fronterizas. Entraron en las tierras persas de Caldea y en el verano de 633, ocuparon Al-Hira y se adueñaron de las regiones vecinas. Aquel mismo año, penetraron en Palestina y Transjordania y vencieron a los bizantinos en las batallas de Agnadayn, baysan y Fihl, obligándolos a retirarse a Jerusalén y Damasco.
Este era el comienzo de la expansión árabe que fue creciendo ante el asombro de los beduinos, por la increíble debilidad de bizantinos y persas y las riquezas de los territorios conquistados.
En el 634, muere Abu- Béker victima de una fiebre, dejando como sucesor, a Umar.

Umar (634-644)

Al principio se llamó así mismo “El comandante de los fieles” (2003:57). Umar es considerado uno de los califas más grandes, bajo su dirección el Islam hizo sus mayores conquistas.

Poco a poco se fueron organizando los territorios conquistados. Se respetaron las religiones, las propiedades y las costumbres de los pueblos sometidos, a los que se les cobraba un tributo que en general, no era superior al que pagaban antes de ser conquistados. Para asegurar las conquistas, se fundaban campos militares en los que se quedaban a vivir los soldados que habían intervenido en la campaña, junto con sus familiares y percibían una renta vitalicia que se hacía extensible a sus herederos. Estas plazas fuertes (Amsar), situadas en lugares estratégicos, pronto se convertían en florecientes ciudades, como Kufa y Basora en Irak, Qum en Irán y Fustat en la cabecera del Nilo. Damasco fue la única ciudad antigua que se convirtió en un centro musulmán.
En cada plaza fuerte se construyó una mezquita y todos sus habitantes acudían al salat del viernes. Se enseñaba a los soldados a vivir de acuerdo con las costumbres islámicas. Umar destacó sobretodo, la importancia de los valores familiares, ensalzó las virtudes ascéticas del Profeta y fue inflexible con la embriaguez.
Fue también Umar, el que instauró la era musulmana, que tuvo su inicio el año de la hijra (hégira).Así, el año 622 de la era cristiana, pasó a ser el año 1 de la era musulmana.
Umar era fuerte y justiciero, tenía grandes dotes militares y supo rodearse de excelentes guerreros que colaboraron eficazmente en las campañas llevadas a cabo durante su mandato. Sus ejércitos irrumpieron en Irak, Siria y Egipto, logrando grandes victorias.
En el año 635, finalizó la conquista de Siria, conquistando Damasco. En la batalla de Yarmuk, vencieron a los palestinos y en el año 638, capituló Jerusalén. Los árabes respetaron la vida, los bienes, las iglesias y la libertad de culto de los habitantes de Jerusalén, al igual que hicieran en Damasco, a cambio de sumisión y tributo.
Terminaron con el dominio persa en las tierras de Irak, venciendo al ejército persa en la batalla de Qadisiyya, en el año 637/16. También conquistaron Ctesifonte, capital de los sasánidas persas.
Murió Umar en el año 644, en la mezquita de Medina, apuñalado por un persa, prisionero de guerra. Umar, no dejó sucesor, pero instauró a la shura formado por seis compañeros del profeta, pasando esto, se eligió a Uzmán.


Uzmán (644-656)

Uzmán, fue el único miembro del clan de los acaudalados y poderosos omeyas. Fue califa por un espacio de doce años, y su obra más destacada constituyó la recopilación y promulgación del Corán.

Uzmán continuó la expansión territorial iniciada por sus antecesores, conquistando nuevos territorios: Sus tropas arrebataron Chipre a los bizantinos, expulsándolos definitivamente del Mediterráneo oriental. En el norte de África, conquistaron Barca y llegaron hasta Trípoli. Hacia el este, sus ejércitos conquistaron gran parte de Armenia. Se creó una flota de guerra, para defender a Alejandría de los ataques marítimos bizantinos.
A pesar de estas victorias, la situación interna seguía agravándose, debido al descontento de los soldados por el mal reparto de los beneficios de las conquistas realizadas y por la designación de sus amigos para ocupar cargos de responsabilidad en dichos territorios. Además, los partidarios de Alí, que se habían concentrado en tierras de Egipto y en las ciudades de Kufa y Basora, en Irak, continuaban con las protestas y reivindicaciones.
En el año 656, un grupo de soldados árabes de Fustat, fueron a Medina para plantear sus exigencias al califa, y como no obtuvieron respuesta a sus peticiones, rodearon su casa, irrumpieron en ella y lo asesinaron.

Alí (656-661)

Tras la muerte de Uzmán en Medina, se designó a Alí como nuevo califa. En ese momento, parecía la persona más adecuada, ya que había crecido en la casa del Profeta y conocía a la perfección los ideales predicados por Mahoma. Era además un buen soldado y fomentaba entre sus funcionarios, la importancia de tratar con justicia y compasivamente a los pueblos sometidos. Estos principios los dejó plasmados en cartas que mandaba a sus funcionarios y que actualmente están consideradas textos clásicos musulmanes. Su nombramiento fue rechazado por los seguidores del emir Muavia, con sede en Damasco, que reivindicaba el derecho de sucesión, ya que pertenecía a la familia de los Omeyas, como el califa anterior. Las tensiones internas, desembocaron en una guerra civil que duró cinco años, conocida como la fitna. Dos grandes contiendas se llevaron a cabo durante fitna: La batalla del camello (al yamal) en el año 656. La otra gran contienda, fue la batalla de Siffín a orillas del Eúfrates en el 657, en la que las tropas de Alí se enfrentaron a las de Muavia, que pretendía ser califa. Los dos bandos trataron de llegar a un acuerdo y se propuso el arbitraje de dos compañeros del Profeta. Alí fue representado por Abu Musa Ashari y Muavia por Amr Ibn Al Ass, que estudiaron la situación y decidieron la destitución de Alí y que la Shura (asamblea) designara nuevo califa. Alí aceptó dicha decisión, ocasión que aprovechó Muavia, que mandó tropas a Irak y se proclamó califa en Jerusalén. Algunos partidarios de Alí, se sintieron decepcionados por la decisión tomada por Alí y no aceptaron el arbitraje, este grupo se conoció como los jariyíes (los salientes). Los jariyíes argumentaban que el califa no debía ser ni el más poderoso, ni el más ansioso de poder, sino el musulmán más devoto y plantearon a los musulmanes debates sobre quién era y no era musulmán. Tan importante era el liderazgo político como concepto religioso, que dio lugar a debates sobre la naturaleza de Alá, la predestinación y la libertad humana. Los jariyíes atacaron a las tropas de Alí y fueron derrotados en la batalla de Nahrawan, pero poco tiempo después, en el año 661, Alí fue asesinado por un jariyí, cuando se encontraba rezando en la mezquita de Kufa.


B) Los Califatos:

Los omeyas

Los omeyas eran buenos comerciantes y hábiles políticos y durante la época de los Rashidun (califas ortodoxos), ocuparon cargos de relevancia. Así Muavia, fue nombrado por Uzman gobernador de Siria.

Muavia

Tras la muerte de Alí, fue proclamado califa Muavia. Algunos lo describen como hombre despegado de su religión y atento sólo a la razón de estado, amigo de cristianos, que incluso se buscó entre ellos personas preparadas, como Sayun ibn Mansur que fue su canciller y el encargado del fisco. Pero otros lo consideran musulmán de buena fe y de amplias miras políticas y que en la expansión musulmana, veía a su vez el engrandecimiento del Islam.

Trasladó Muavia la sede del califato a Siria y su corte estuvo centrada en Damasco. En Egipto y Siria respetaban su mandato, pero en el resto de los territorios había descontentos. El principal foco de oposición, lo encontró en Iraq donde tuvo que hacer frente a los jariyíes y también a los seguidores de Alí, los shiíes. A estos, había que unir el descontento de los señores de Iraq por el auge que alcanzó Siria, sede del nuevo califato y las consecuencias económicas que estos cambios podían acarrearles.

Muavia continuó con la política de expansión. Sus tropas atacaron Sicilia y el norte de África. En el oriente, Hicieron incursiones en Cabul, Bujara y Samarcanda y en el Asia Menor, conquistaron Esmirna y Cicycus. Durante varios años la escuadra musulmana, desde Cicycus, en el mar de Mármara, intentó conquistar Constantinopla, capital del estado bizantino, pero en el año 674, los bizantinos consiguieron derrotar a los árabes. La eficacia del famoso fuego griego, se aplicó por primera vez en esta ocasión, destruyó muchas naves árabes y una gran tempestad ayudó a la flota bizantina a destrozar el resto de la escuadra árabe. Los bizantinos atacaron también por tierra y mermaron los escuadrones árabes. Ante esta situación, Muavia firmó un tratado de paz con los bizantinos, en el que se comprometió a liberar a ocho mil cautivos y a pagar un tributo anual, de tres mil libras de oro( Presencia Arabe a través de la historia, 2003). Murió Muavia en el año 680 y le sucedió su hijo Yazid I.
Sin entrar en detalles, podemos comprobar que los reinados de los cuatro sucesores de Muavia, Yazid (680-683), Abd al- Malik (685-705), conocieron revueltas siíes, jariyíes, que perturbaron terriblemente el imperio, pero fue Abd al-malik, quien logro restablecer la paz y organizar la administración demostrado por Muavia. Durante el reinado de Walid I (705-715), el imperio conoció una era de expansión, dentro de ellas la más importante es la de la península Iberica, ella estaba dominada por los visigodos, la población estaba descontenta lo que facilito el rápido avance de los moros. Y por último con Walid II constituyeron el último período esplendoroso del imperio omeya antes del periodo de anarquía que duró de 744 a 750 y que terminó con la caída de la dinastía.


El Al- andalus

Al-Andalus, nombre que designaba al territorio dominado por los musulmanes en la península Ibérica. Su nombre parece provenir de los vándalos (pueblos que también poblaron con anterioridad esos territorios) y aparece ya documentado en el 716. En el 711 el rey visigodo Rodrigo fue derrotado por los musulmanes en la batalla de Guadalete. Tras la batalla, los ejércitos bereberes dirigidos por Tariq, a los que se sumaron, en el 712, efectivos árabes al mando de Musa, decidieron proseguir la conquista y en menos de cinco años se hicieron con el dominio del territorio peninsular. Las crónicas cristianas describen la conquista como una política de terror, pero en la realidad predominó el sistema de pactos y capitulaciones con la nobleza y las ciudades. El respeto manifestado por los musulmanes hacia los cristianos, considerados como ellos mismos 'gentes del libro' (monoteístas), contribuyó a facilitar la conquista.(presencia arabe a través de la historia p.104)


El 'emirato dependiente'

Desde el año 714 hasta el 756 la península se convirtió en una provincia del Islam bajo la soberanía de los califas Omeyas de Damasco, gobernada por walíes designados en el norte de África. La capital inicialmente situada en Sevilla se estableció definitivamente en Córdoba. Durante esta primera etapa, conocida como el 'emirato dependiente', se produjeron numerosos enfrentamientos entre los bandos de la aristocracia árabe. Pero el conflicto más grave estuvo protagonizado por los bereberes que se sentían discriminados frente a los árabes. Para sofocar la sublevación acudió un importante contingente de sirios que acabaron asentándose en la península. La inestabilidad política de al-Andalus permitió al reino de Asturias, surgido tras la batalla de Covadonga (722), afianzar su independencia.

Abassíes


La familia abbasí, descendía del tío del Profeta, Abbas y de su hijo Abdallah, uno de los primeros recitadores del Corán. Durante los cinco siglos que la dinastía permaneció en el poder, se sucedieron 37 califas. Los califas abbasíes ostentaron la jefatura religiosa y política. Se rodearon de un gran ceremonial jerárquico que estaba supervisado por un chambelán. Volvieron a la teocracia de los primeros califas y se consideraron escogidos por Alá, no sólo para gobernar, sino también para dirigir la vida religiosa de los musulmanes. Presidían las oraciones del viernes por la tarde y a veces, en las batallas importantes, encabezaban el ejército. Dejaron las labores de gobierno en manos de un visir. El visir, que tenía plenitud de poderes, presidía un consejo formado por los jefes de los distintos diwan o departamentos administrativos:

El primero de ellos y el más importante es al-mansur, el estableció su capital en Bagdad “quería que fuese un símbolo magnifico del poder de los abassies” (Breve historia del Islam), Fue Al -mansur el que inició la organización de la administración. Se encargó de la mejora de la agricultura y para garantizar el rendimiento de las tierras, emprendió grandes obras de modernización de los canales de riego.
Implantó el árabe como lengua oficial, mejoró la economía del país que alcanzo gran prosperidad. Protegió las ciencias y las letras, que florecieron durante su reinado.
Le siguió su hijo al-manhdi quien siguió los pasos de su padre en cuanto a la economía.

Le sucedió pues, su hermano Harún que gobernó desde el 786/170 al 809/189, con el nombre de Harún al-Rashid. .Durante su reinado, se consolidaron los cambios llevados a cabo por los califas anteriores, tanto en la administración como en el ejército. Se rodeó de gran lujo y boato y se distanció de sus súbditos. Se autodenominó “la sombra de Alá en la tierra” y para demostrar que tenía poder sobre la vida y la muerte, siempre le acompañaba un verdugo. Durante el mandato de Harún al-Rashid, se vivió un gran renacimiento cultural. Florecieron la poesía, la crítica literaria, la filosofía, la medicina, la astrología y las matemáticas. Se hicieron traducciones al árabe de textos griegos, persas y siríacos, de filosofía y de medicina y los árabes, basándose en esos conocimientos, realizaron grandes descubrimientos científicos. También alcanzaron gran auge, la industria y el comercio.

Posteriormente, gobernó al-Mamun, tuvo el califa que hacer frente a las sublevaciones de shiíes en Kufa. Durante el califato de al-Mamun, continuó el progreso cultural, tanto en las letras como en las ciencias. En Bagdad desde los tiempos del Harun al-Rashid, existía una biblioteca para uso privado de los califas, en la que se guardaban valiosos textos de literatura e historia sasánida, llamada Casa de la Sabiduría (dar al hikman) que al-Mamun convirtió en una escuela de traductores y gracias a eso se salvaron muchos libros del mundo clásico.

Fatimíes

Se establecieron en Egipto (el cairo) y Siria, uno de sus grandes califas fue al- hakim.En su gobierno aplico con rigor las prohibiciones alimentarias, suspendió los festejos y todo tipo de diversiones, obligo a los cristianos y judíos de llevar un distintivo de su religión (incluso intento convertirlos por la fuerza). La población cansada de estas restricciones organizaron una revuelta, al –hakim desapareció misteriosamente una noche de mes de febrero de 1021.

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